Impacto de la fatiga postdiálisis y el tiempo de recuperación en el paciente crónico en tratamiento de hemodiálisis: Estudio observacional exploratorio |
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Ian Blanco-Mavillard1,4, Gregorio Bolaños-Herrezuelo2, Cynthia Sánchez-Rojas3, María del Mar Palmer Massanet2, María Martínez-Nuévalos2, Ismael Fernández-Fernández2 1 Hospital Regional Universitario de Málaga. España
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https://doi.org/10.37551/S2254-28842025022
Como citar este artículo:
RESUMEN Introducción: La hemodiálisis es el tratamiento sustitutivo más empleado en fases avanzadas de enfermedad renal, aunque conlleva efectos adversos que afectan directamente la calidad de vida. Entre ellos destaca la fatiga postdiálisis, una sensación persistente de agotamiento que puede prolongarse durante horas o días, y cuyo impacto ha sido escasamente documentado. Objetivos: Estimar la frecuencia de fatiga postdiálisis y el tiempo de recuperación en pacientes en hemodiálisis crónica, analizando variables clínicas, funcionales y subjetivas asociadas. Material y Método: Estudio transversal realizado entre enero y abril de 2023 en un hospital público español. Se incluyeron pacientes con más de tres meses en tratamiento. Se recogieron datos demográficos, clínicos, funcionales, técnicos y percepciones de salud. La fatiga se definió por autorreporte. Se aplicaron análisis descriptivos y bivariantes. Resultados: Se incluyeron 43 pacientes, con una edad media de 67,4 años, siendo .el 28% mujeres. El 53,5% reportaron fatiga postdiálisis, sin encontrar diferencias significativas por edad o sexo. Los pacientes que presentaron fatiga postdiálisis presentaron un mayor tiempo medio de recuperación (467,9±194,4 frente a 66,3±137,0 minutos; p<0,001), niveles más bajos de proteínas totales (6,1 frente a 6,5 g/L; p=0,022) y peor autopercepción de salud (p=0,026). No se hallaron asociaciones con otras variables clínicas ni técnicas. Conclusiones: La fatiga postdiálisis es un evento frecuente y se asocia a mayor tiempo de recuperación y a marcadores clínicos y subjetivos de peor estado general. Su evaluación sistemática podría mejorar el abordaje integral del paciente en hemodiálisis. Palabras clave: hemodiálisis; fatiga postdiálisis; tiempo de recuperación; calidad de vida. ABSTRACT Impact of Post-Dialysis Fatigue and Recovery Time in Chronic Haemodialysis Patients: An Exploratory Observational Study Introduction: Haemodialysis is the most widely used renal replacement therapy in advanced stages of kidney disease, although it entails adverse effects that directly impact quality of life. Among these, post-dialysis fatigue stands out as a persistent sensation of exhaustion that may last for hours or even days, and whose impact has been scarcely documented. Objectives: To estimate the frequency of post-dialysis fatigue and recovery time in patients undergoing chronic haemodialysis, analysing associated clinical, functional, and subjective variables. Material and Method: We conducted a cross-sectional study from January through April 2023 in a Spanish public hospital. Patients with more than 3 months on treatment were included. Demographic, clinical, functional, technical, and self-reported health perception data were collected. Fatigue was defined by self-report. Descriptive and bivariate analyses were performed. Results: A total of 43 patients were included, with a mean age of 67.4 years; 28% were women. Post-dialysis fatigue was reported by 53.5% of patients, with no significant differences by age or sex. Patients who experienced post-dialysis fatigue had a longer mean recovery time (467.9 ± 194.4 vs 66.3 ± 137.0 minutes; p < 0.001), lower total protein levels (6.1 vs 6.5 g/L; p = 0.022), and worse self-perceived health (p = 0.026). No associations were found with other clinical or technical variables. Conclusions: Post-dialysis fatigue is a frequent event and is associated with longer recovery time and both clinical and subjective markers of poorer general health. Its systematic evaluation could improve the comprehensive management of patients on haemodialysis. Keywords: haemodialysis; post-dialysis fatigue; recovery time; quality of life. INTRODUCCIÓN En la actualidad, 700 millones de personas en todo el mundo sufren enfermedad renal crónica (ERC), de las cuales aproximadamente tres millones se encuentran en terapia renal sustitutiva, con una prevalencia entre el 7–12% según la región del mundo1-3. Además, se espera que estos datos se dupliquen para el 20304, siendo la hemodiálisis como el tratamiento más empleado para el soporte vital5,6. Sin embargo, la hemodiálisis crónica tiene un alto impacto sobre la salud de los pacientes7. Entre las complicaciones más recurrentes, se sitúa la hipotensión sintomática, la cual se produce en hasta el 30% de los pacientes durante la hemodiálisis, incluso puede ocasionar la interrupción de la sesión de diálisis debido a los síntomas intradiálisis8. En este sentido, los pacientes que presentan complicaciones a menudo experimentan síntomas de fatiga postdiálisis (FPD) con un prolongado tiempo de recuperación posterior a la diálisis (TRD)9, situándose entre los primeros 30 minutos en aquellos pacientes incipientes en diálisis y con buena tolerancia10 y llegando hasta las 12 horas tras la finalización en pacientes crónicos complejos con síntomas de fragilidad11. Por tanto, podríamos definir el TRD como el período de tiempo necesario para que un paciente se recupere física y psicológicamente después de su última sesión de hemodiálisis, permitiéndole realizar las actividades básicas de la vida diaria sin incidencias12. Existe poca evidencia sobre cómo afecta el TRD sobre la calidad de vida o cómo la hemodiálisis podría ser adaptada para mejorar este indicador13. Sin embargo, debemos tener en cuenta varios factores que podrían modular el tiempo de recuperación de los pacientes que reciben tratamiento de hemodiálisis, incluyendo las complicaciones intrasesión, tipo y dosificación del tratamiento, sumado a las comorbilidades del paciente7,10,14,15. Aunque la hemodiálisis es una terapia de mantenimiento de la vida, los efectos adversos aumentan su carga y pueden reducir significativamente la calidad de vida de estos pacientes, no sólo durante sino también después de la hemodiálisis. Comprender el grado en que los síntomas de la FPD, que provocan un aumento del TRD, podría aclarar el alcance del problema y establecer objetivos de mejora, siendo un indicador innovador y relevante para la gestión de la atención sanitaria de estos pacientes y relacionado con la eficacia de la hemodiálisis7,15. La calidad de la atención al paciente que recibe diálisis se define en gran medida en la práctica actual por la obtención de resultados cuantificables de pruebas de laboratorio, incluidas las relacionadas con la cinética de la urea, la anemia y el metabolismo óseo y mineral. Un tiempo de recuperación prolongado afecta negativamente a los indicadores clínicos del paciente, fatiga y dolor percibidos, sueño y la función cognitiva16, relacionándose con un aumento de las tasas de hospitalización y mortalidad13,17. Además, la FPD también podría tener un alto impacto para reducir la capacidad del paciente para realizar actividades cotidianas, afectando directamente sobre la calidad de vida, la capacidad del paciente para mantener su trabajo y las relaciones sociales. A pesar de su frecuencia e impacto en la salud percibida de los pacientes renales, no ha sido suficientemente documentado sus síntomas de forma regular en la literatura científica18 y sigue siendo muy limitado aún en la aplicación de PROMs durante la atención sanitaria19. Por tanto, el objetivo de este estudio será estimar la tasa de FPD y el TRD en pacientes en hemodiálisis crónica, explorando variables clínicas y funcionales asociadas al paciente y a la terapia renal. MATERIAL Y MÉTODO Diseño y ámbito del estudio
Participantes
Procedimientos / Recogida de datos
Variables
Las variables secundarias estarán distribuidas en diferentes categorías:
Análisis estadístico
Los datos categóricos se resumieron en proporciones, media y mediana, y desviación estándar e intervalo intercuartil junto con los datos continuos. Se utilizarán métodos cuantitativos para analizar los resultados primarios y secundarios. El análisis estadístico consistió en una exploración de los datos descriptivos de la muestra, análisis bivariable con pruebas paramétricas y no paramétricas, según la naturaleza de las distribuciones (correlación, ANOVA, chi-cuadrado). No se imputaron los datos de las sesiones donde faltaron los resultados primarios del tiempo de recuperación y se consideró que un valor p <0,05 era estadísticamente significativo. Consideraciones éticas
RESULTADOS Características generales de la muestra
Prevalencia de fatiga postdiálisis y tiempo de recuperación
Características dialíticas y analíticas
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Cuestionario KDQOL-36
Análisis comparativo en relación con la fatiga postdiálisis
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DISCUSIÓN Este estudio muestra como más de la mitad de los pacientes refirieron síntomas compatibles con FPD, reportando que el 44% de los pacientes necesitaron más de cinco horas para para recuperarse tanto física, mental como socialmente tras la sesión de diálisis. Se estima que entre el 43-81% de los pacientes experimentan de manera recurrente esta sintomatología, coincidiendo con datos reportados en la literatura científica21,22. En nuestro estudio, observamos un aumento en el TRD que presentan FPD una diferencia significativa respecto a los que no la presentan. Este hallazgo no solo valida esta variable como marcador clínico, sino que refuerza la necesidad de evaluarla de forma sistemática en la práctica asistencial. En este sentido, tanto la detección de la FPD como el TRD podrían ser propuestos como un desenlace clínico indirecto de la tolerancia al tratamiento de diálisis, ya que podemos asociar que un aumento del TRD, más de cuatro horas, con una menor adherencia a factores nutricionales, peor asistencia a sesiones y mayor tasa de hospitalización7,23,24. La relevancia de este hallazgo podría transcender la dimensión sintomática, ya que afecta directamente sobre la calidad de vida, la autonomía funcional y la posibilidad de reinserción social y laboral del paciente. Además, de condicionar la planificación de actividades básicas de la vida diaria16, contribuyendo en un círculo vicioso de deterioro progresivo25,26. Otro hallazgo relevante fue la relación observada entre los pacientes que manifestaron FPD y concentraciones proteicas significativamente más bajas en comparación con aquellos sin FPD (6,1 g/L vs 6,5 g/L; p = 0,022). Este hallazgo es congruente con múltiples investigaciones que han señalado el estado nutricional como un determinante clave de la vitalidad en pacientes en hemodiálisis26. En la población que recibe tratamiento dialítico la malnutrición proteico-energética es altamente prevalente, como resultado de la pérdida proteica inherente al tratamiento dialítico, la inflamación crónica de bajo grado y la disminución de la ingesta calórica. Esta condición ha sido consistentemente asociada con menor capacidad funcional, mayor fragilidad y peor pronóstico global11,13. En este contexto, la FPD podría representar una manifestación clínica temprana del deterioro nutricional, anticipando estadios más severos, como por ejemplo el síndrome de desgaste proteico-energético. Estos marcadores bioquímicos deberían interpretarse, no solo como marcador de estado nutricional, sino también como un reflejo de la reserva funcional sistémica. En cuanto al análisis de la calidad de vida, se observaron diferencias entre grupos, concretamente los pacientes fatigados presentaron puntuaciones significativamente más bajas en el componente físico y mental del SF-12, así como una mayor carga percibida de la enfermedad renal crónica. Estos hallazgos coinciden con la literatura que describe la FPD como una de las dimensiones que más impacta sobre la calidad de vida en pacientes renales13,14. Diversos estudios han validado que los dominios físicos y emocionales del KDQOL-36, incluido el SF-12, son sensibles a variaciones en síntomas como la fatiga, el dolor o los trastornos del sueño26. En este sentido, nuestras observaciones refuerzan la idea de que la fatiga no solo debe evaluarse desde su intensidad o duración, sino también como un componente transversal que afecta la percepción general del bienestar y la funcionalidad diaria. Estos datos abren una vía interesante para el desarrollo de herramientas combinadas de evaluación, que incluyan tanto biomarcadores como indicadores sintomáticos que puedan actuar como un modulador central entre el estado clínico y la vivencia subjetiva del proceso de enfermedad. Este vínculo plantea un argumento sólido para incluir su evaluación sistemática como parte de los indicadores de calidad de vida en programas de hemodiálisis, al mismo nivel que variables fisiológicas como el Kt/V o la hemoglobina. Su inclusión permitiría no solo una valoración más holística del estado del paciente, sino también la identificación de subgrupos de riesgo que podrían beneficiarse de estrategias de intervención individualizadas con el potencial de minimizar el coste humano, social y económico de este evento infraestimado en nuestro entorno durante la atención del tratamiento renal sustitutivo. Nuestro estudio presenta limitaciones metodológicas que hay que tener en cuenta para la interpretación de los resultados. Al ser un fenómeno poco estudiado e infraestimado, no se disponen de datos preliminares en nuestro contexto, por tanto, hemos realizado un primer acercamiento en un contexto local controlado a través de un diseño metodológico observacional transversal que nos ha permitido determinar la prevalencia de la FPD y el TDR tras cada sesión de diálisis. Futuros estudios deberán proponer una definición consensuada a nivel internacional con la capacidad de ser medida a través de un instrumento especifico y sensible que analice la relación que existe entre la FPD y el TRD sobre las características de los pacientes y la calidad de vida, con el objetivo de determinar factores de riesgo y establecer estrategias de implementación que modulen acciones adaptadas y centradas en el paciente. A partir de nuestros resultados podemos concluir que la FPD constituye un fenómeno altamente prevalente en la población en hemodiálisis crónica, con más de la mitad de los pacientes evaluados refiriendo su presencia y un TDR posterior a la sesión superior a cinco horas en un porcentaje significativo. Estos datos refuerzan la consideración de la FPD como un desenlace clínico relevante, cuya monitorización podría aportar información valiosa sobre la tolerancia al tratamiento y el riesgo de deterioro funcional. La FPD podría ser un marcador temprano de malnutrición y fragilidad, al asociarse con menores niveles de proteínas totales. Además, su relación con peor calidad de vida física y mental y mayor carga percibida de la enfermedad renal refuerza la necesidad de evaluarla sistemáticamente, junto a otros indicadores clave de la diálisis. La incorporación de este evento como indicador en los protocolos clínicos podría facilitar la detección precoz de pacientes vulnerables y contribuir al desarrollo de estrategias terapéuticas más personalizadas, con el potencial de mejorar no solo los resultados clínicos, sino también la experiencia y el bienestar integral del paciente en hemodiálisis. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Financiación Los autores declaran no haber recibido financiación alguna. BIBLIOGRAFÍA 1. Romagnani P, Remuzzi G, Glassock R, Levin A, Jager KJ, Tonelli M, et al. Chronic kidney disease. Nature Reviews Disease Primers. 2017;3. https://doi.org/10.1038/nrdp.2017.88 2. Bikbov B, Purcell CA, Levey AS, Smith M, Abdoli A, Abebe M, et al. Global, regional, and national burden of chronic kidney disease, 1990–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017. The Lancet. 2020;395:709-33. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30045-3 3. 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