La imagen de las enfermeras en los medios de comunicación: análisis de la situación y acciones de mejora
Hildegart González-Luis1
1 Departamento de Enfermería Comunitaria y Materno Infantil. Facultad de Enfermería. Universidad de Navarra. España
https://doi.org/10.37551/S2254-28842024010
Como citar este artículo:
González-Luis H. La La imagen de las enfermeras en los medios de comunicación: análisis de la situación y acciones de mejora.
Enferm Nefrol. 2024;27(2):97-102
Correspondencia:
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La enfermería es una profesión esencial pero desconocida1. Es una disciplina esencial porque las enfermeras cuidáis de las personas antes incluso de que nazcamos, al acompañar a nuestras madres en sus embarazos, hasta el último suspiro de un ser humano, cuando aportáis esos cuidados paliativos al final de la vida. Sois piezas esenciales en el sistema sanitario porque proporcionáis no sólo cuidados físicos, sino también psicológicos y espirituales. Cuidáis de una manera holística aportando un cuidado centrado en la persona2.
La pandemia ha confirmado que sin enfermeras los sistemas sanitarios del mundo quiebran y por desgracia los datos muestran que nos enfrentamos a una escasez mundial de profesionales del cuidado3,4.
A pesar de que sois la fuerza sanitaria más numerosa, 345.969 en España5, y que en algún momento de nuestra vida todos vamos a recibir los servicios que prestáis, la enfermería es todavía una disciplina desconocida. Expongo ahora cuatro factores que con la evidencia hallada pueden explicar el porqué de ese desconocimiento social6:
1. Los cuidados que aportáis son muchas veces difíciles de visibilizar porque vuestra disciplina es ciencia, pero también es arte. El arte de cuidar al otro no es fácil de describir, de narrar fuera de la relación interpersonal que creáis con cada paciente7.
2. Sois una profesión desconocida porque estáis tan centrados en cuidar de los otros que os habéis olvidado de cuidaros a vosotras mismas. No os dais el protagonismo que merecéis. Para cuidar bien a otros, las enfermeras debéis estar bien cuidadas y vuestro trabajo debe ser valorado por toda la sociedad como algo esencial8.
3. La enfermería está ejercida mayoritariamente por mujeres. Por eso, todas las dificultades que enfrenta el sexo femenino también las tenéis las enfermeras de manera agrandada en el ámbito laboral9.
4. Por último, la enfermería es una profesión que ha cambiado mucho en poco tiempo, y a ritmos distintos en cada país. Estos cambios en la formación que recibís, en las funciones que desarrolláis y en vuestras competencias no han sido contados a la sociedad de manera eficaz10,11.
El informe del triple impacto elaborado por el parlamento de Reino Unido en 2016 confirmó que invertir en las enfermeras no sólo mejora la salud de los países, sino que además hace más fuertes sus económicas y aumenta la igualdad de género12. Si los gobiernos aportan estos recursos están logrando reforzar tres de los objetivos de desarrollo sostenibles del milenio.
¿Qué podéis hacer las enfermeras para ser más eficientes en la consecución de esos tres objetivos?
1. Pedir que amplíen legalmente los campos en los que ejercéis vuestra profesión.
2. Reivindicar que os dejen aumentar las competencias que podéis ejercer desde vuestra disciplina.
3. Trabajar vosotras para que vuestro desempeño profesional sea más visible y así el conjunto de la sociedad conozca mejor qué podéis aportar a los sistemas sanitarios y al cuidado de las personas en el siglo XXI13.
La invisibilidad e imagen distorsionada que los medios de comunicación difunden
¿Es habitual ver, escuchar o leer noticias sobre las enfermeras en los medios de comunicación? Os animo a que penséis si recordáis a alguna enfermera protagonista en alguna película o serie, o cuál fue la última noticia que habéis leído sobre una de vuestras colegas en un diario, escuchado en una radio o visto en un canal de televisión. ¿Es esa información representativa, coherente con la identidad profesional de las enfermeras en el siglo XXI?
Los estudios muestran que a pesar de que sois la fuerza laboral más amplia en los sistemas de salud, apenas estáis presentes en las noticias de salud y vuestra imagen en los géneros recreativos no refleja adecuadamente vuestra disciplina14-17. Esa invisibilidad mediática o esa visibilidad distorsionada son también factores que explican el desconocimiento social sobre vuestra profesión. El estudio de la Sigma Teta Tau realizado en 1997 mostró que las enfermeras sólo eráis fuente informativa en el 4% de las noticias sobre salud18. Esa misma investigación la repitió veinte años más tarde en 2017 una de mis maestras, Diana Mason y su equipo confirmando por desgracia que los datos habían empeorado. Las enfermas sólo eráis fuentes informativas de los periodistas en el 2% de las noticias sobre salud publicadas en Estados Unidos19.
¿La pandemia ha aumentado la visibilidad de las enfermeras en los medios de comunicación?
Sí. Estudios realizados en diversos países avalan esta afirmación20-23. Los resultados preliminares que nuestro equipo está obteniendo de las investigaciones que estamos desarrollando en España, Chile y Argentina muestran que de 2019 a 2020 el número de noticias en las que las enfermeras han sido mencionadas en la prensa se multiplicó por cuatro, a pesar de que su papel como fuentes informativas continuó siendo minoritario durante la cobertura mediática de la pandemia24.
Ante la evidencia expuesta, lanzo otra pregunta: ¿Deberíais las enfermeras investigar cuál es la imagen que los medios de comunicación difunden sobre vosotras y sobre vuestra profesión?
Me tomo la libertad de responder: sí, y en otros países llevan décadas investigando sobre ello8,25,26. En 2022 nuestro equipo publicó una scoping review en la que analizamos todos los estudios que habían sido difundidos sobre cuál es la imagen que lo medios de comunicación transmiten de las enfermeras. Identificamos 60 estudios, la mayoría de ellos realizados en Estados Unidos, aunque la evidencia hallada mostró que es un tema que se está investigando en varios países27.
Aunque los estudios sobre este tema se empezaron a difundir en los 80, la mayor parte han sido publicados en la última década. Esto muestra que es un tema que ha cobrado importancia en los últimos años y la pandemia incrementó el interés de los académicos por él. El medio que más se ha investigado es la prensa y las metodologías más empleadas para hacerlo son las cualitativas. El 40% de los estudios analizados en la scoping review confirman que la imagen publicada por los medios es negativa y un 20% más que es más negativa que positiva. La evidencia hallada confirma que la presencia de las enfermeras es escasa y estereotipada y muestra con nitidez que tenemos un reto: mejorar la imagen que los medios de comunicación muestran de las enfermeras27.
Estereotipos más frecuentes y sus consecuencias
Los estereotipos más frecuentes con los que los medios representan a las enfermeras son el de santa o ángel; el de la enfermera sexy; el de incompetente idiota; el de ayudante del médico; el de jefa o asesina; el de técnica y el de héroe25,28,29.
¿Qué deducciones erróneas conlleva en las mentes de los ciudadanos la difusión de estos estereotipos por parte de los medios de comunicación?
El estereotipo de santa o monja hace pensar a la sociedad que sois una profesión sólo vocacional que no requiere formación y entrenamiento. El estereotipo de enfermeras sexy os expone a sufrir violencia y abusos30. El de idiota o incompetente devalúa la formación que las enfermas recibís. El que os muestren sólo como ayudantes de los médicos presenta una profesión sin competencias propias, al servicio de ellos. Que os muestren como intransigentes o dictatoriales dificulta vuestro trabajo en equipo con el resto de los profesionales sanitarios31. Que se os presente sólo como una profesión técnica elimina la gran aportación humanística de vuestros cuidados. Si os caracterizan cómo héroes corréis el riesgo de que la sociedad crea que no necesitáis cuidaros a vosotras mismas, ni recibir un sueldo por vuestro trabajo, que podéis exponeros a riesgos sin miedo32-35.
Además, de las ya mencionadas estos estereotipos generan otras consecuencias adversas para vosotras, para vuestros pacientes y para el conjunto de los ciudadanos36.
Cuando los medios publican estas imágenes erróneas sobre las enfermeras, aunque no lo sepan, están favoreciendo que muchos jóvenes no quieran estudiar y dedicarse a esta profesión37-39. Esto aumenta la escasez de enfermeras mundial que afrontamos que ya ha sido mencionada previamente.
Os muestro con un ejemplo la influencia que los periodistas pueden tener en alentar o desalentar el interés de los jóvenes por estudiar este grado universitario. En España, en 2020 el número de alumnos que iban a acceder a la universidad que seleccionaron enfermería como primera opción aumentó en un 32% con respecto a 2019 según datos del Ministerio de Educación40. ¿Qué factor pudo generar ese incremento? Siendo objetiva, creo que la sobrecarga laboral, el estrés, el cansancio que los medios recogieron de vuestro día a día laboral durante la pandemia, desde mi humilde opinión, podría desanimar más que animar a escoger este grado universitario. Sin embargo, a pesar de esa imagen de trabajo exigente difundida, el porcentaje de alumnos aumentó un 32%. Estoy convencida de que el hecho de que la presencia de las enfermeras se multiplicara por 4 en las noticias durante el 2020, tal y como he expuesto previamente, fue un factor que influyó en el aumento de jóvenes interesados en cursar este grado. No se puede querer escoger lo que uno desconoce y la pandemia os hizo visibles y por primera vez los medios os presentaron como columna vertebral que sostiene los sistemas sanitarios. Por primera vez en la historia una enfermera, Amy O’Sullivan, ocupó la portada de The Times como una de las 100 personas más influyentes del mundo41.
En segundo lugar, merece la pena destacar que algunos estudios confirman que la imagen negativa que los medios publican de vosotras tiene consecuencias en vuestra autoestima y puede aumentar el burnout42,43.
Esa imagen puede dificultar además vuestras relaciones profesionales con otros miembros del equipo. Si hay un desconocimiento de vuestras competencias y de vuestro nivel educativo los pacientes no saben qué servicios podéis prestarles y eso afecta negativamente a la relación enfermera – paciente44. Además, esa imagen negativa hace que los políticos no os inviten a las mesas de decisión donde se deciden cuestiones importantes para la salud de la ciudadanía45,46. También puede afectar a la reducción las partidas económicas y de recursos humanos destinados a las enfermeras y puede conllevar un aumento de la violencia y abusos que sufrís por parte de pacientes, familias y de otros compañeros47.
Y, por último, esa imagen negativa perjudica la relación enfermera paciente y puede reducir la calidad de los cuidados que prestáis43,48.
Plan de acción para construir una imagen realista y coherente
Ante esta realidad tan adversa que los estudios citados nos ponen sobre la mesa, ¿qué podéis - debéis hacer las enfermeras para cambiarla?
El primer paso para lograrlo ya lo habéis dado quienes habéis llegado hasta este punto del artículo: ya disponéis de un diagnóstico sobre cuál la imagen difundida por los medios de comunicación y sois conscientes de las consecuencias adversas que esta genera en vosotras, en vuestros pacientes y sus familias y en el conjunto de la sociedad.
El segundo paso que propongo es, partiendo de unas señas identitarias consensuadas como disciplina, asumir una proactividad comunicativa por parte de las enfermeras que permita que seáis vosotras quiénes, desde una narrativa propia, expliquéis qué aportáis a la sociedad en el siglo XXI49,50. Mientras sean otros los que cuenten quiénes sois y en qué consiste vuestro trabajo, me temo que vuestra visibilidad e imagen social no mejorará51,52. Los estudios muestran que los periodistas no tienen claro a qué os dedicáis las enfermeras; que no saben dónde encontraros para que seáis fuentes informativas en sus noticias, en parte porque los centros sanitarios priorizan ofrecer los testimonios de médicos53,54. Además, en muchos casos vuestras entidades asociativas no están gestionando de manera estratégica su comunicación y es escaso el porcentaje de enfermeras dispuestas a intervenir en la prensa, la radio o la televisión55,56. Ante este panorama, creo que la proactividad comunicativa se convierte en un antídoto eficaz para combatir ese desconocimiento, esa invisibilidad.
Para lograr activar la proactividad comunicativa enfermera de manera eficaz se requiere que seáis formadas en competencia comunicativa, no sólo para afrontar con éxito las conversaciones que mantenéis con pacientes y familiares, sino en las interacciones que tenéis con otros grupos de interés con los que os relacionáis52,57. Formar en la competencia comunicativa es un reto que considero que debemos acometer desde las facultades de enfermería si queremos que las futuras generaciones tengan voz en la construcción de la sociedad en las décadas venideras.
Las entidades asociativas enfermeras y las direcciones de enfermería de los centros sanitarios son, desde mi punto de vista, los otros pilares claves para generar los cimientos que permitan alumbrar esa narrativa enfermera propia55,56,58,59. Me atrevo a sugerirles, apoyada en los pasos que sus homologas han dado en otros países, y que el Consejo General de Enfermería ha activado este año también en España, a que ofrezcan y respalden formaciones orientadas a adquirir esta competencia comunicativa “multi-stakeholder”60. En estos cursos, además de instruirlas y entrenarlas en técnicas de comunicación, propongo que se las debería dotar de las herramientas que les permitan identificar en qué temáticas pueden ser referentes informativos. También en saber discernir qué de lo que cuenten contribuye realmente a mejorar la salud de los ciudadanos y la imagen de la profesión que ejercen. Aportarles un marco deontológico, legal e institucional seguro que fortalezca su libertad de expresión en todos los ámbitos en los que la puedan ejercer es otro de los contenidos que considero que deberían incluirse en esas formaciones61. A medio plazo esta inversión educativa transformará a las enfermeras que ya ejercen la profesión en portavoces cualificados para lograr que el conocimiento enfermero sea expuesto y escuchado de manera eficaz en todos los foros. Además, dotará a las asociaciones enfermeras de una buena base de datos a la que recurrir cuando los periodistas o decisores políticos contacten con ellas en busca de fuentes informativas o expertas; o cuando ellas quieran informar a los periodistas sobre cuestiones que consideran noticiables o quieran que el conocimiento enfermero esté presente en una mesa de decisión.
Espero que algo de lo dicho en estos párrafos despierte el interés de las enfermeras por este campo y alguna, después de conocer el diagnóstico, decida pasar a la acción bien sea realizando una escucha activa de lo que los medios difunden de su profesión; formando su competencia comunicativa; activando su narrativa enfermera en los foros que se le ofrezcan o incluso investigando sobre estas cuestiones62. Nos guste o no, en el mundo que habitamos, en el que lo contado, sea o no realidad, se impone como verdad en las mentes de los ciudadanos, lo que es realidad merece - debe ser bien narrado para que la sociedad lo comprenda como verdadero. Nadie mejor que vosotras, enfermeras en activo para acabar con vuestra invisibilidad mediática o con esa imagen sesgada. Debéis convertiros en las narradoras de esta vuestra – nuestra realidad. Creo sinceramente que merece mucho la pena invertir en comunicación enfermera, no sólo por el bien de las profesionales que ejercéis esta disciplina, sino para garantizar que los cuidados que todos en algún momento de nuestras vidas vamos a precisar de vosotras sigan siendo viables. Por todo lo mencionado en este artículo me atrevo a decir que invertir en comunicar una imagen coherente con la identidad enfermera en el siglo XXI es también proteger, garantizar los cuidados, porque #ComunicarTambiénEsCuidar.
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