Recordando a Jandry

Primera presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica

Al cierre de la revista hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de nuestra primera presidenta Jandry Lorenzo,
que como la autora de este texto explica, fue fundamental para el nacimiento y desarrollo de la Enfermería Nefrológica.

Sin pensarlo he cogido un bolígrafo que pone Sociedad Española de Enfermería Nefrológica.

Recordemos juntas sus comienzos:

Era el año 1973, se celebraba en Santander la Séptima Reunión de Nefrólogos. Era Reunión porque todavía no existía la especialidad de Nefrología y se creó después de dicha reunión.

Un mes antes me llamo una enfermera de Madrid, la responsable de la Diálisis del hospital Gregorio Marañon, eras tú con la intención de que también las enfermeras de España que estábamos en Diálisis pudieran reunirse. He de confesar que me dio un MIEDO enorme, del que tú te diste cuenta y me dijiste que reconocías que era un poco precipitado y que era mejor dejarlo para otra ocasión.

En el transcurso de la reunión me presentaron a tu jefe, el Dr. Valderrabano, y le dije: “dígale a su supervisora que la llamare” y meses más tarde nos reuníamos en el hotel Ercilla de Bilbao, en una sala que alquilamos y en la que estuvimos de pie porque las salas con sillas resultaban más caras.

Al frente de esta reunión, la primera que teníamos, estabais, recuerdas, dos mujeres: Tú Jandry y Rosa Lavari. Nunca os dije lo que yo aprendí ese día.

De ti aprendí lo claro que tenías hacia donde debíamos de caminar y me hiciste recordar lo de Séneca: “si no sabemos a qué puerto dirigirnos, ningún viento será favorable”, tú tenias claro hacia donde, la importancia del papel de la enfermera del paciente en Diálisis –que fíjate donde han llegado– y de Rosa Lavari –recuerdas que todas hablábamos al tiempo– el enorme respeto que demostró hacia todas en dicha reunión, en ese RESPETO al decir del otro, al escuchar al otro, ¡qué suerte la mía en haberos conocido!

Los meses siguientes tú sabes que fueron duros; nos reuníamos en tu hospital creo recordar una vez al mes, los domingos, mientras recabábamos información sobre las enfermeras que hacían la diálisis en España. En tu despacho escribíamos las cartas a mano –recuerdas que risa nos daba al pensar que la lengua y boca estaban pegajosas de cerrar y pegar los sellos– ¡qué tiempos aquellos! Ahora pensaran algunas personas que esta gran Sociedad que tenemos se ha hecho sola; hay que recordarles, en nuestras comunicaciones, que seguimos siendo una Sociedad fuerte y grande gracias al esfuerzo de muchos que siguieron y siguen dando su tiempo y saber creyendo en la importancia de la Enfermería al lado del paciente; que investigan para ofrecer un mejor cuidado; que gestionarían eficazmente si les dejaran. Esta es la Misión que teníamos y que ahora deben seguir luchando para conseguirlo de nuevo.

Chiquitilla, desde tu lugar de descanso síguenos ayudando. Un abrazo grande.

¡Descansa en paz!

Rosa Alonso Nates

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