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Luisa Seco-Lozano
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https://doi.org/10.37551/S2254-28842022001 Como citar este artículo:
INTRODUCCIÓN La enfermedad renal crónica es frecuente en las personas mayores y su prevalencia se incrementa conforme aumenta la edad. El envejecimiento de la población en diálisis tiene unas características que no se pueden extrapolar a la población en general. Esta patología además es un reto para la salud pública con importantes implicaciones sociales y económicas. Las enfermeras nefrológicas solemos ser los primeros profesionales en detectar numerosas problemáticas sociales, relacionales, incluso económicas que presentan las personas en diálisis. El edadismo es uno de los retos emergentes al que las enfermeras nefrológicas vamos a tener que enfrentarnos en nuestra práctica diaria. Para ello necesitaremos formarnos, sensibilizarnos, educarnos y educar a los demás, tareas que no nos son ajenas y para las que necesitaremos usar los recursos de divulgación de que disponemos para acompañar a la sociedad en el proceso de visibilización, denuncia y transformación de una discriminación que nos afecta a todos. Utilizar esta editorial para hablar del edadismo es un ejemplo de cómo las enfermeras nefrológicas se hacen eco de la necesidad de cuidar no sólo de los aspectos técnicos, sino de liderar los cambios necesarios para vivir y cuidar en una sociedad justa y solidaria. 1.¿Qué es el edadismo? Desde siempre para describir, categorizar y clasificar a las personas las sociedades han empleado la edad, el género o la raza. En función de esta etiqueta, las personas juegan un rol predeterminado en esa sociedad. Si en el siglo XIX se combatió el racismo, y en el XX el sexismo, en el XXI el edadismo es considerado el tercer “istmo”. Cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas estamos hablando de edadismo. Suele estar tan interiorizado y normalizado no sólo en los ámbitos institucionales, sino en nuestras propias creencias personales y culturales que nos va a costar reconocerlo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el edadismo como “la discriminación por motivos de edad que abarca los estereotipos y la discriminación contra personas o grupos de personas debido a su edad. Puede tomar muchas formas, como actitudes prejuiciosas, prácticas discriminatorias o políticas y prácticas institucionales que perpetúan estas creencias estereotipadas”1. Además, el edadismo implica dos vertientes: una ideológica y representativa, que tiene que ver con las características atribuidas a personas de determinada edad, y otra de tipo práctico y conductual, cuando nos comportamos de acuerdo con esos prejuicios y creencias. Esta discriminación es a menudo muy sutil, en la medida que se encuadra en prácticas culturales, políticas y económicas naturales y normalizadas. La aparición del coronavirus ha visibilizado de forma drástica el edadismo imperante en nuestra sociedad. Ha sido tanta su repercusión que la OMS realizó en el año 2021 su Informe Mundial de Edadismo en donde reúne la mejor evidencia disponible sobre la naturaleza y magnitud del edadismo, sus determinantes y su impacto. En España diferentes estudios publicados demuestran como la representación de las personas mayores en los medios de comunicación durante la pandemia han reforzado una narrativa edadista, discriminatoria y peyorativa de las personas mayores. Se vincula la vejez a la enfermedad, el deterioro y la carga social, se devalúa a las personas mayores y se oculta o infravalora su aporte a la sociedad, olvidando sin pudor como apenas una década antes, en la crisis económica del 2008, fueron las personas mayores quienes amortiguaron el impacto que tuvo en miles de familias gracias a su ayuda económica y de cuidado2. Estas narrativas, que no son otra cosa que el prisma con el que interpretamos la realidad, han dado lugar a prácticas discriminatorias por edad en la atención sanitaria durante la crisis del coronavirus, muchas de ellas en procesos de revisión por la justicia y que han supuesto la abertura de un debate ético sin precedentes. 2.¿A quién afecta? No va a afectar a todas las personas mayores por igual. No tiene la misma imagen una persona mayor artista o un reconocido intelectual que un enfermo crónico. Sin embargo, si todo va bien en nuestro recorrido vital, todos esperamos llegar a ser personas de edad avanzada, por lo que podríamos decir que nos afecta a todos. En el contexto del cuidado nefrológico, debemos tener en cuenta que el número de personas mayores que necesitan tratamiento renal sustitutivo, ya sea diálisis peritoneal o hemodiálisis no cesa. El segmento de población que concentra el mayor número de pacientes el de las personas mayores de 75 años, seguido de cerca por los que tienen entre 65 y 74 años, representando las personas de más de 65 años casi el 50% del total de nuevos casos. El reto para la enfermería nefrológica es evidente3. Una de las barreras más importantes para visibilizar el edadismo entre los profesionales sanitarios consiste en asumir que todos tenemos creencias erróneas con respecto a la vejez. En muchas ocasiones, incluso de forma inconsciente, apoyamos conceptos erróneos generalizados, presentamos actitudes negativas y suposiciones sobre las personas mayores. El edadismo está presente en nuestra forma de pensar, sentir y actuar en relación con las personas mayores en diálisis: el uso de un lenguaje que los infantiliza, el diseño de herramientas digitales como apps y programas de telefonía móvil que no tienen en cuenta la barrera tecnológica, la despersonalización, la infravaloración de su tiempo, hacerles sentir que son un gasto, una carga. Por otra parte, un claro ejemplo de edadismo institucional que sufren las personas en diálisis es la absoluta falta de desarrollo de un sistema de cuidados de larga duración que de soporte al autocuidado y a la autonomía personal. Esto implica que en España una persona mayor con pérdida de autonomía y que viva sola o sin un buen apoyo familiar no puede acceder a los programas domiciliarios. Situación totalmente contrapuesta en otros países de nuestro entorno como Francia o Dinamarca, donde las técnicas domiciliarias tienen un gran porcentaje de personas mayores en sus programas de diálisis peritoneal asistida4. Son muchas las consecuencias que tiene para las personas mayores el uso y atribución de estereotipos, una especialmente relevante es que ellas mismas tienden a adoptar la imagen negativa predominante en la sociedad y a comportarse de acuerdo con esta imagen. El principio que describe esta situación ha sido denominado “la profecía auto-cumplida”. Esta situación ejerce un gran impacto en todos los aspectos de nuestra salud y bienestar cuando somos mayores; se asocia a una muerte más temprana y está relacionado con una peor salud física y mental; por ejemplo, con la aparición de la depresión y también aumenta los comportamientos de riesgo para la salud (por ejemplo, llevar una dieta poco saludable o fumar). Además se asocia a una menor calidad de vida y aumenta el aislamiento social y la soledad5. Estos estereotipos, aceptados por la sociedad, pueden tener graves efectos cuando se articulan políticas discriminatorias que afectan derechos básicos, en especial la autonomía, el acceso a los recursos y la dignidad5. 3.¿Qué podemos hacer? Combatir el edadismo en diálisis requiere de una actuación colectiva y compleja que abarque cualquier aspecto de la vida, las relaciones y las instituciones. En primer lugar, sensibilizar de esta problemática a los profesionales que cuidamos a personas mayores en los diferentes programas de crónicos, educar en la importancia del lenguaje, pues las palabras construyen identidades, mantienen ideas y acaban moldeando realidades. En segundo lugar generar una reflexión ética en espacios comunes como medios de comunicación, asociaciones profesionales y organizaciones diversas que visibilicen esta problemática. En último lugar no podemos olvidar que los derechos no caducan con la edad, el aspecto más grave del edadismo es que convierte a las personas mayores en ciudadanos de tercera categoría, como si el hecho de envejecer hiciera que nuestros derechos perdieran vigencia. Las enfermeras nefrológicas pueden ayudar a transformar esta percepción del envejecimiento de las personas mayores estableciendo relaciones de cuidado basadas en el respeto y promoviendo el autocuidado como pilar fundamental para la autonomía. Afortunadamente, el edadismo puede combatirse, pero es preciso actuar colectivamente para sensibilizar sobre el problema y hallar soluciones. El papel de la enfermería como responsables del cuidado es liderar aquellos cambios que propicien visibilizar y educar ante la discriminación por edad en el ámbito del cuidado renal. BIBLIOGRAFÍA 1. Informe Mundial sobre el edadismo. Organización Mundial de la Salud. 2021 [consultado 22 Feb 2022]. Disponible en:https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageism. 2. Bravo-Segal S, Villar F. La representación de los mayores en los medios durante la pandemia COVID-19: ¿hacia un refuerzo del edadismo? Rev Esp Geriatr Gerontol. 2020;55(5):266-71. 3. Documento Marco sobre Enfermedad Renal Crónica (ERC) dentro de la Estrategia de Abordaje a la Cronicidad en el SNS. Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. 2015 [consultado 22 Feb 2022]. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/Enfermedad_Renal_Cronica_2015.pdf. 4. Guilloteau S, Lobbedez T, Guillouët S, Verger C, Ficheux M, Lanot A, et al. Impact of Assisted Peritoneal Dialysis Modality on Outcomes: A Cohort Study of the French Language Peritoneal Dialysis Registry. Am J Nephrol. 2018;48(6):425-33. 5. García-Soler A, Castejón P, Marsillas S, Del Barrio E, Thompson L, Díaz-Veiga P. Ageism and COVID-19: Study on social inequality through opinions and attitudes about older people in the coronavirus crisis in Spain. LTCcovid.org, International Long-Term Care Policy Network, CPEC-LSE, 2020 [consultado 22 Feb 2022]. Disponible en: https://ltccovid.org/wp-content/uploads/2020/08/COVID-and-ageism-an-attitudes-survey-in-Spain.pdf. Este artículo se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución–NoComercial 4.0 Internacional.
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