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Mª Nazaret Campillos-Cañete 1, Rosa María González-Tamajón1, José Berlango-Jiménez1,2, Rodolfo Crespo-Montero1,2,3 1Departamento de Enfermería. Facultad de Medicina y Enfermería. Universidad de Córdoba. Córdoba. España
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https://doi.org/10.37551/S2254-28842021003
Como citar este artículo:
Resumen Introducción: La incontinencia urinaria ocurre con más frecuencia en el sexo femenino y conforme aumenta la edad, provocando una disminución de la calidad de vida. Objetivo: Sintetizar la evidencia científica relacionada con las causas, tratamiento y cuidados de enfermería en la incontinencia urinaria. Metodología: Se ha realizado una revisión bibliográfica sistematizada en las bases de datos Proquest, Pubmed, Google Académico y Scielo, utilizando como términos “incontinencia urinaria” (urinary incontinence), “factores de riesgo” (risk factor), “intervenciones de enfermería” (nursing intervention) y “procedimientos terapeúticos” (therapeutics), con una limitación de 5 años en la búsqueda. Se incluyeron estudios experimentales y de revisión. Resultados: Se incluyeron 26 artículos: 5 estudios experimentales, 18 revisiones sistemáticas y 3 metaanálisis. La incontinencia urinaria está relacionada con la edad, sexo y factores de riesgo, dependiendo del tipo e intensidad de la incontinencia, y características propias del paciente. El abordaje es interdisciplinar, con técnicas menos invasivas al principio, entre las que destacan la terapia conductual y los ejercicios del suelo pélvico; necesitándose cirugía en algunos casos, según las circunstancias individuales de los pacientes y/o la no existencia de mejoría con las técnicas menos invasivas. Conclusiones: La incontinencia urinaria se encuentra estrechamente relacionada con la edad y el sexo; sin embargo, la existencia de factores de riesgo y algunas causas pueden contribuir a aumentar las probabilidades de su establecimiento. La labor enfermera resulta prometedora en el establecimiento de una detección y actuación precoz ante el problema, teniendo como base siempre para el tratamiento el menor grado de invasión. PALABRAS CLAVE: incontinencia urinaria; factores de riesgo; síntomas; intervenciones de enfermería; terapéutica.
Urinary incontinence: causes and nursing care. A bibliographic review Abstract Introduction: Urinary incontinence is a disorder that occurs more in the female sex and with the increase of the age, producing as main consequence a decrease in the patient’s quality of life. Objective: Synthesize the scientific evidence related to the causes, treatment and nursing care in urinary incontinence. Methodology: A systematic bibliographic review was carried out in the ProQuest, PubMed, Google Academic and Scielo databases, using as terms “urinary incontinence”, “risk factors”, “nursing interventions” and “therapeutic procedures” with a 5-year search limitation. Experimental and review studies were included. Results: 26 articles were included: 5 experimental studies, 18 systematic reviews and 3 meta-analyses. Urinary incontinence is affected by age, sex and risk factors depending on both the type and intensity of incontinence and the patient’s own characteristics. The approach to this problem is an interdisciplinary one in which less invasive techniques are introduced, including behavioural therapy and pelvic floor exercises; to end up in surgery in case the patient’s circumstances require it and/or there is no improvement with less invasive techniques. Conclusions: Urinary incontinence is closely influenced by the variables age and sex; however, the existence of risk factors and some causes can contribute to increase the probability of their establishment. Nursing interventions are promising in establishing early detection and response to the problem, always based on the least degree of invasion. KEYWORDS: urinary incontinence; risk factors; symptoms; nursing interventions; therapy. Introducción La incontinencia urinaria (IU) se considera un problema que acontece en nuestra sociedad y que afecta de una forma más considerable a la población femenina. De forma general, el 35% de las mujeres experimenta algún tipo de IU a lo largo de cualquier etapa de su vida. Esta patología afecta negativamente a la calidad de vida de mujeres en etapa reproductiva, con un 20,4% de prevalencia en el climaterio; sin embargo, tiene un impacto más significativo cuando se llega a la edad media de 48 años, que suele coincidir con la instauración de la menopausia de la mayoría de las mujeres. Cuando avanzamos en edad cronológica, encontramos que la prevalencia en personas mayores de 70 años es mayor al 20%, llegando a un 89,53% en aquellas mujeres que son mayores, dependientes y se encuentran en residencias1-5. Las principales consecuencias que derivan de la IU son la depresión y el estrés; así como una disminución de la calidad de vida y un aumento de la mortalidad en aquellos rangos etarios más avanzados y vulnerables, como son las personas institucionalizadas2,4. La probabilidad de que aparezca una IU aumenta con la edad, el sexo femenino, el asma y el uso de laxantes; influyendo también el incremento de parámetros antropométricos tales como la circunferencia de la cintura o el índice de conicidad, asociándose con aumento en la frecuencia e intensidad de las pérdidas1,6. Otros factores que pueden contribuir al aumento de la prevalencia de la IU, y por ello, se consideran de riesgo durante la época del embarazo y climaterio, son la obesidad, el estreñimiento, los problemas respiratorios, las cirugías como la episiotomía o el prolapso genital4,7. Enfermería es un colectivo que debe ser consciente de este tipo de peligros y supervisar los síntomas que más afectan a la vida del paciente. Entre ellos, debe conocer las contingencias que favorecen la aparición de la IU en las personas mayores que reciben atención hospitalaria. Así, se lleva a cabo una identificación de riesgos, lo cual impide que exista una subnotificación del problema. Estas actuaciones por parte de enfermería en el hospital, previenen que el paciente acabe con una IU en su hogar que provoque nuevos reingresos y pérdida de la calidad de vida5,8. El tipo de IU que suele estar más presente en la población femenina es la mixta, siendo el resultado de la presencia de síntomas de IU de urgencia y de esfuerzo. El equipo sanitario, y enfermería en particular, debe comprender los tipos de IU para hacer una detección temprana que ayude al establecimiento de un tratamiento precoz o a la derivación a un especialista que pueda establecer un tratamiento médico; o en su defecto, quirúrgico, en caso de que se hayan probado ya las líneas de actuación primarias como serían: el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico (SEPFM), el entrenamiento conductual o las modificaciones del estilo de vida. El personal enfermero debe conocer este tipo de actuaciones; ya que es el que se encuentra en estrecho contacto con la mayoría de los pacientes, conociéndolos más y estableciendo una continuidad de cuidados con éstos. Además, el establecimiento de una buena relación terapéutica ayuda a eliminar la vergüenza y la preocupación que derivan de hablar este tema que es considerado tabú en nuestra sociedad. Por lo tanto, enfermería actúa en el tratamiento conductual con la finalidad de aliviar los síntomas que más inciden en la rutina del paciente, y en caso de que este enfoque no lleve a una mejoría, se encargará de derivarlo al tipo de profesional más adecuado para que se establezca otro tipo de tratamiento5,8,9. Se demuestra también que una relación cercana con el paciente, un monitoreo continuo y el apoyo en los ejercicios del suelo pélvico son factores que mejoran la adherencia y los resultados, en caso de ser realizado por un equipo compuesto por diversas disciplinas que se enfocan en la resolución de la situación10. Durante la hospitalización, el personal sanitario encargado de los cuidados debe dar visibilidad al tema y promover estrategias para evitar problemas como la iatrogenia durante el tiempo en que el paciente se encuentra hospitalizado. El equipo multidisciplinar debe promover actuaciones cognitivas, conductuales y sociales que ayuden a que determinados estados como el embarazo o circunstancias como la hospitalización, no se conviertan en factores de riesgo que acaben con el establecimiento de una IU9-11. En resumen, la IU es un problema que puede establecerse en la población afectando a su calidad de vida o complicando las patologías principales que puedan existir de base. Se ha comprobado anteriormente que las líneas estratégicas que mayor eficacia conllevan son la realización de un reconocimiento y un abordaje precoz, que normalmente es establecido por el personal de enfermería que es el que mayor tiempo invierte por los cuidados que le presta. Este profesional también se encuentra en primera línea en el abordaje preventivo y terapéutico en el ámbito hospitalario. Por tanto, el objetivo principal de esta revisión fue sintetizar la evidencia científica relacionada con las causas, tratamiento y cuidados de enfermería en la IU, con los siguientes objetivos secundarios: – Analizar las causas y los factores de riesgo que influyen en la IU. – Conocer el manejo terapéutico y los cuidados de enfermería existentes para el tratamiento de los diferentes tipos de IU. Metodología Diseño del estudio
Estrategia de búsqueda
La búsqueda inicial se llevó a cabo en la base de datos de Google Académico y posteriormente, se accedió a Pubmed/Medline y Proquest/Health and Medical Complete, mientras que la segunda búsqueda se realizó en la base de datos Scielo. El método de búsqueda fue diferente en función de las distintas bases de datos, empleando distintos métodos. Las palabras clave empleadas para la búsqueda en las diversas bases de datos fueron: incontinencia urinaria (urinary incontinence), factores de riesgo (risk factor), síntomas (symptoms), intervenciones de enfermería (nursing intervention) y procedimientos terapeúticos (therapeutics). Los términos MesH empleados en la búsqueda inicial a partir de los cuales se obtuvieron resultados fueron: (“Urinary incontinence” [MesH]) AND (“Therapeutic” [MesH]) AND (“risk factor” [MesH]), “nursing interventions”, “theraphy”. En la segunda búsqueda el término MesH utilizado fue: “Urinary Incontinence” [MesH]. Criterios de inclusión / exclusión
– Criterios de exclusión: artículos sin texto completo disponible. Artículos referidos a la población infantil. Artículos cuyos resultados no fueran concluyentes. Selección de artículos
Posteriormente, se requirió una segunda búsqueda, en la que se realizó el mismo proceso que en la primera, pero en la base de datos de Scielo; seleccionando los artículos de la misma forma escalonada, aplicando los criterios de inclusión/exclusión de forma gradual como en la primera búsqueda. En la primera búsqueda se identificaron con las combinaciones MesH en las bases de datos un total de 688 artículos, de los cuales se preseleccionaron con los criterios de inclusión/exclusión 37. En la segunda búsqueda se identificaron un total de 209 artículos que tras aplicarle los criterios se redujeron a 58 artículos. Finalmente, se utilizaron para la revisión un total de 26 artículos, tal como puede observarse en la Figura 1. | |
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Análisis de artículos De los artículos que se han seleccionado finalmente, se ha recopilado información relacionada con la IU (prevalencia, género y edad), causas o factores de riesgo, tratamiento y cuidados de enfermería. Síntesis de los resultados
Resultados y discusión – Características de los estudios
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– Descripción de las variables según los resultados - Prevalencia y complicaciones asociadas
Con respecto a la etapa etaria masculina comprendida entre los 45 y 75 años, los hombres suelen presentar una IU secundaria a una intervención quirúrgica, que en la mayoría de los casos resulta ser la prostatectomía. Según la técnica utilizada en la prostatectomía, además de la IU, puede ocurrir una dificultad añadida como es la disfunción eréctil13,15. En el caso de las mujeres con urgencia miccional, se ha observado que presentan complicaciones que se asocian a las pérdidas de orina, como son trastornos sexuales, que aparecen en un 86,6% de los casos. Entre ellos destacan: un 31% presentan fugas durante el coito, 75% reflejan una alteración en la excitación, 71% disminuye la lubricación y el 64% presentan trastornos en el orgasmo. Además, se ha descrito el 75% de mujeres que presentan urgencia miccional, refiere una frecuencia diurna elevada; así como más de dos eventos miccionales durante la noche, lo cual influye en su calidad de vida de forma reseñable12,14. Otros autores, han comunicado cifras de prevalencia de IU, en el sexo femenino y edad avanzada del 43%; resultando esta cifra en un 2,5% en el caso de la población femenina con edad adulta alrededor de los 37,7 años y de bajos ingresos. En éstas últimas, un 46% de ellas reveló que nunca habían oído hablar de la IU, el 66% no sabían que existía un tratamiento médico; además, alcanzaron cifras del 100% en el desconocimiento acerca de la existencia de un tratamiento fisioterapéutico16,17. Asimismo, existen estudios que han investigado el período de la mujer gestante y puerperal, observando que la IU que con más frecuencia aparece en este período es la de esfuerzo, con un comienzo durante la gestación y una continuidad durante la etapa del postparto. En el supuesto de tratarse de mujeres jóvenes y de mediana edad, la IU de esfuerzo sigue siendo la más frecuente; sin embargo, cuando las mujeres llegan a ser personas mayores, la IU de urgencia y mixta es la que se presenta de forma más habitual18,26. - Causas y/o factores de riesgo
De forma general, se consideran factores de riesgo en ambos sexos la obesidad y la presencia de factores irritantes (reír, toser, estornudar) en caso de tratarse del desarrollo de una IU de esfuerzo13,14. De forma más específica, la presencia de comorbilidades (hipertensión, diabetes mellitus, hipercolesterolemia), lesión cervical por esfinterotomía y/o un accidente cerebrovascular influyen notablemente en el estado de continencia19-21. La causa principal de la IU masculina suele ir asociada a intervención quirúrgica, resultando en un 89% de los casos tras una prostatectomía radical y en un 4% de los casos por otras intervenciones quirúrgicas. Tanto la prostatectomía laparoscópica asistida por robot como la prostatectomía radical retropúbica, producen tasas de incontinencia muy parecidas, 21% y 20% respectivamente. No obstante, la primera de las técnicas presenta una menor tasa de disfunción eréctil15,25. En el caso del sexo femenino, la presencia de laxitud vaginal, prolapso anterior mayor o igual a grado II o la histerectomía, resultan componentes que pueden conducir o aumentar el peligro de padecer una IU. En este último caso, se ha comunicado que la histerectomía total tiene un menor impacto que la subtotal en la función urinaria, lo cual induce a pensar que será un mejor tratamiento para aquellas enfermedades uterinas benignas12,22,24. Otros investigadores apoyan con su trabajo, la obesidad como principal factor de riesgo estipulado para la IU de esfuerzo, añadiendo también otros como la diabetes mellitus, el factor genético, hormonas, medicamentos y el parto vaginal26. En el caso de la IU postparto, estudios recientes evidencian que además de ser la IU durante el embarazo un factor de riesgo importante, añade otros tales como la multiparidad o la edad gestacional al nacimiento mayor o igual a 37 semanas18. Por lo que se refiere a la IU en las personas mayores, un estudio observacional en ancianos institucionalizados, muestra que el principal factor de riesgo en esta población es la incapacidad funcional, a la que pueden añadirse las comorbilidades, ya citadas anteriormente en nuestros resultados. Aunque tampoco debe olvidarse, factores como la restricción de movilidad y la dependencia funcional que influyen considerablemente en la continencia miccional17. - Tratamiento
Por un lado, el tratamiento con intervención quirúrgica de la IU de esfuerzo se puede realizar por distintas técnicas. El TVT-Secur, es un dispositivo de Sling de incisión única, que, a pesar de tener una menor duración del tiempo de intervención, resultó tener malos resultados y elevadas complicaciones que hicieron que se retirara del uso clínico. En contraposición, el Sling mediouretral transobturador es un método mínimamente invasivo para el tratamiento de la IU de esfuerzo femenina que además puede ser utilizado en hombres que padezcan una lesión medular. Por consiguiente, esta técnica resulta más efectiva y con un perfil más alto de seguridad para el tratamiento de la IU a largo plazo. En comparación con la técnica de Sling mediouretral retropúbico, presenta un menor número de efectos adversos y complicaciones, entre los que destacan una disminución en la perforación de la vejiga, disfunción miccional y/o lesión vascular/medular. También, se ha destacado su eficiencia reflejada en parámetros tales como el escaso tiempo que dura la intervención y la breve estancia hospitalaria postoperatoria. No obstante, una de las principales dificultades de este procedimiento es el mayor riesgo de dolor postoperatorio en el muslo e ingle, que, aunque es de corta duración, es un aspecto a evaluar por parte del personal sanitario19,27-30. La técnica de colposuspensión de Burch, resultó útil para la reducción de la incidencia en el postoperatorio de mujeres con prolapso anterior, siempre que se usara como técnica complementaria y sinérgica ante la cirugía principal que es la reparación del prolapso. En el tratamiento de la IU de esfuerzo, es un método con peores resultados objetivos y subjetivos que el Sling pubouretral. En cambio, éste último junto al Sling mediouretal retropúbico, resulta más retencionista provocando un mayor número de reintervenciones22,30. Para el tratamiento de la IU no neurogénica y en hombres tras prostatectomía retropúbica radical, se muestra como una opción fiable, eficiente, satisfactoria y segura, el esfínter artificial; ya que se produce una mejoría tanto de la calidad de vida, como del mantenimiento del flujo urinario evitando pérdidas de orina y síntomas obstructivos derivados de la intervención. El nivel de satisfacción de esta técnica se ve incrementado con características del paciente tales como la juventud y el alto nivel de actividad física21-25. Por otro lado, a nivel de tratamiento menos invasivo, encontramos la estimulación eléctrica (EE) que se ha mostrado más efectiva que la ausencia de tratamiento. Asimismo, la EE transcutánea unida a la terapia conductual reduce el número de episodios de incontinencia urinaria durante las 24 horas. Existen diferentes métodos, entre los que podemos encontrar la EE intravaginal, y la EE de superficie. Ambas refieren una mejoría de la calidad de vida y una disminución de las pérdidas de orina en el tratamiento de la IU de esfuerzo20,31,32. La técnica de láser de CO2 fraccionado junto a la inyección uretral resultan beneficiosas en las tasas de resolución de la IU de esfuerzo en mujeres12,33. Las evidencias aportadas por otros autores muestran que además de existir técnicas innovadoras, prometedoras y poco desarrolladas como el tratamiento de radiofrecuencia para la IU de esfuerzo; alertan también acerca de la influencia perjudicial de ciertos factores como la edad avanzada o el Índice Masa Corporal en técnicas ya expuestas en nuestros resultados como es el Sling mediouretral retropúbico y transobturador. Igualmente, apoyan la utilización de otras técnicas ya citadas, que son mínimamente invasivas como es el caso de la inyección parauretral. Resaltan su alta tasa de curación (60-70%); así como su capacidad de ser seguras, efectivas y servir como tratamiento duradero (mínimo dos años) en otros tipos de IU como es la de urgencia26, 34-36. En el caso de los esfínteres artificiales, ciertos estudios cuestionan su efectividad en ciertos pacientes con características especiales, es decir, en los que se dé un grado de incontinencia grave y tasa de complicaciones grado III tras la realización de una prostatectomía radical37. Cuidados de enfermería: tratamiento conservador La integración del colectivo enfermero en el cuidado y la detección de la incontinencia resulta un aspecto clave; ya que mejora la atención prestada al paciente por parte del profesional sanitario. Al principio, en el abordaje de la IU, resulta recomendable comenzar con un tratamiento conservador, entre los que se encuentran los ejercicios de fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico (SEPFM) y terapia conductual; para posteriormente, continuar con cirugías en caso de no experimentar mejoría. Las cirugías deben seguir una escala ascendente en el grado de invasión; puesto que el objetivo es disminuir en lo posible el número de ingresos hospitalarios junto a una mayor reinserción temprana tanto laboral como social, sin olvidar la sexual12,38. La terapia conductual suele ser el tratamiento de primera línea y se ha referido que logra una mejora tanto en la calidad de vida como en el bienestar psicológico. Puede ser una estrategia utilizada como única actuación o también, puede ir asociada con otras intervenciones como ejercicios del suelo pélvico, reentrenamiento de vejiga o biofeedback. Asimismo, resulta útil en casos de IU cuyo origen es una causa distinta a la enfermedad neurogénica. Entre las principales actuaciones que se indican al paciente con esta terapia, encontramos una modulación de la ingesta de líquido tanto en cantidad como en sincronización de la ingesta, una disminución de la ingesta de la cafeína, una modificación saludable del cuidado del cuerpo; así como un tratamiento eficaz de la IU en situaciones sociales. De igual manera, en mujeres con obesidad mórbida que padezcan una IU, la principal acción que se debe indicar como terapia es la pérdida de peso; debido a que éste es el factor más relevante en este caso para mejorar de forma notable los síntomas y las fugas urinarias14,20,39,40. En relación con el reentrenamiento de vejiga, es necesario que se adecue al estilo de vida de cada persona. De esta forma, habrá más probabilidad de que se muestre beneficioso logrando una reducción de los episodios por semana y una disminución en la cantidad de la pérdida de orina39. Por lo que se refiere a los SEPFM, están indicados para cualquier tipo de IU, como tratamiento primario; pero pueden resultar más efectivos en aquellos casos de IU de esfuerzo y/o mujeres de edad avanzada. En el supuesto de las mujeres durante la gestación y el postparto, la sugerencia de utilización es como medida preventiva. En el caso de la IU post prostatectomía, se asocia que este tipo de ejercicios son más fructuosos si utilizamos previamente técnicas como la EE y/o los establecemos lo antes posible en el postoperatorio. En general, los SEPFM, suelen mostrar mayores tasas de mejora subjetiva, mejor respuesta sexual en el paciente, menores pérdidas de orina tanto en cantidad como en frecuencia; e incluso, mejor calidad de vida con disminución de la gravedad de la IU cuando se encuentran asociados a otras intervenciones como la EE, el biofeedback, el reentrenamiento de vejiga o conos vaginales12-14,23,32,38-45. Hallazgos recientes llevados a cabo por autores que han analizado el problema de la IU, muestran y confirman que un tratamiento gradual comenzando por la parte más conservadora (SEPFM junto a dispositivos de asistencia como bioretroalimentación o conos vaginales) y progresando a tratamientos más invasivos, son actuaciones que se encuentran respaldadas por numerosa evidencia. Además, aparte de apoyar nuestros resultados, añaden datos acerca del potencial negativo en la calidad de vida de un paciente que convive con este tipo de dificultad, como resultado del sentimiento de vergüenza, el miedo, la falta de confianza y autocontrol en las situaciones sociales. Esto pone en significación el papel del profesional sanitario debido a que es el que debe de realizar una evaluación clínica de la IU, incluyendo datos minuciosos sobre la historia centrada en el problema; lo cual ayudará a realizar una detección precoz que le permitirá escoger unas estrategias de afrontamiento adecuadas, resultando todo ello como un predictor de calidad de vida26,46. Limitaciones del estudio La búsqueda en sí misma ha resultado una limitación. A pesar de que existe una gran abundancia de evidencia científica, fue complicado el hecho de establecer unos criterios de inclusión y exclusión para conseguir un número de artículos “manejable” y con el mayor grado de evidencia para la realización del trabajo. Otras de las limitaciones ha sido encontrar información acerca de cuidados de enfermería. Este ámbito ha sido explorado a través de términos que hacen referencia al tratamiento conservador, corriendo el riesgo en algunos casos de solaparse con competencias de otros profesionales como es el caso de los fisioterapeutas. La escasez de investigación acerca del papel enfermero en este problema, hace que sus competencias no se encuentren claramente definidas. Consideraciones prácticas La IU resulta un problema, que en edades avanzadas llega a tomar tanta relevancia, que se considera un síndrome geriátrico. Se trata de un tema tabú que hace que la población sienta vergüenza, pudor, aprensión o miedo a compartirlo con el personal sanitario; y por consiguiente, hace que su subnotificación no permita una detección y abordaje precoz que impida que sus consecuencias se vuelvan más nefastas. La IU incide de forma directa en una alteración de la esfera no solo física y psicológica; sino que también de la parte social que provoca que no tengan adecuadas herramientas para lidiar con los efectos propios de esta alteración. El personal sanitario debe poseer los conceptos básicos que le permitan acometer la dificultad en estadios primarios; y en caso de no ser de su competencia, tener la capacidad de derivar a otro profesional adecuado para que dé la respuesta que el paciente necesita. La enfermería es un colectivo fundamental dentro del equipo interdisciplinar que debe abordar este problema; puesto que, en atención primaria, son la avanzadilla terapéutica que puede lograr conseguir una notificación y actuación precoz para que la persona goce de las medidas menos invasivas posible. La formación en terapia conductual y los mínimos conocimientos en SEPFM junto a un correcto establecimiento de una relación terapéutica, puede ayudar a luchar contra esta preocupación encubierta en nuestra sociedad. A la vista de los resultados de esta revisión podemos afirmar que:
– El tratamiento va muy ligado al tipo de IU que se haya establecido y a las características específicas del paciente. De forma general, se recomienda un abordaje que comience con las técnicas menos invasivas y se irá aumentando el grado hasta llegar a la cirugía en caso de no paliar el problema. – Enfermería resulta un colectivo prometedor que en caso de tener adquiridos los suficientes conocimientos y establecer una correcta relación terapéutica, lograría realizar una detección y abordaje precoz eliminando inconvenientes tales como la subnotificación del problema o la incorrecta actuación o derivación en el establecimiento del tratamiento.
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