Introducción

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La hemodiálisis se ha convertido en la técnica renal sustitutiva más utilizada, a pesar de su complejidad técnica y logística, debido a su eficacia depuradora, seguridad e implantación en todo el mundo. No obstante, requiere un manejo experto, conocimiento científico y un nivel de especialización, que asegure el correcto desarrollo de la técnica, que excede las competencias generalistas de enfermería.
En el desarrollo de una sesión de hemodiálisis, la labor profesional de enfermería es fundamental, desde la preparación del material hasta la finalización de la sesión. Desde que el paciente inicia esta modalidad de diálisis va a necesitar una serie de intervenciones específicas plasmadas en procedimientos o protocolos, que le van a permitir acabar el proceso de forma eficaz y segura. Además de la planificación de la sesión, hay que conocer cómo se realizan otras actividades inherentes al tratamiento con hemodiálisis y que permiten controlar su adecuación, y toda una serie de medidas preventivas que garantizan la seguridad de los pacientes, tanto a nivel individual como colectiva.
Mención aparte requiere el cuidado y manejo de los accesos vasculares por parte de enfermería, de vital importancia para los pacientes en diálisis; adecuando estas intervenciones a las últimas recomendaciones de las guías de práctica clínica, incluyendo la punción ecoguiada de la fístula arteriovenosa. Otro aspecto no menos importante, es la labor educadora que hay que ejercer con estos pacientes en todo lo concerniente a su enfermedad, tratamiento dialítico y farmacológico, dieta y cuidados del acceso vascular.
Por último, es imprescindible asegurar que las unidades de diálisis son un entorno seguro para todos los pacientes, con medidas específicas para la prevención de enfermedades víricas, tanto de transmisión sanguínea como por vía aérea, teniendo en cuenta las ultimas recomendaciones de las sociedades científicas y autoridades sanitarias, ante el gran desafío que ha supuesto la pandemia por COVID-19.